Doi: https://doi.org/10.17398/2695-7728.35.753
Jornadas sobre Geopolítica en el espacio mediterráneo. IV Jornadas de Seguridad y
Defensa
(Áreas de Historia
del Derecho y de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales)
Conference on Geopolitics in the Mediterranean area. IV Conference on Security and Defence
(Areas of History of Law and International Public Law
and International Relations)
Elisa Díaz Álvarez
Presentación y estructura
Durante los días 12 y 13 de febrero de 2019, se han celebrado en la ciudad de Cáceres las IV Jornadas de Seguridad y Defensa sobre geopolítica en el espacio mediterráneo. Organizadas por la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura y por la Subdelegación de Defensa en Cáceres, estas Jornadas han abordado, desde una perspectiva académica, las nuevas amenazas y retos para la seguridad y defensa que ha suscitado el fenómeno de la globalización, tanto para España como para Europa. La planificación y ejecución de las Jornadas ha sido llevada a cabo por el Subdelegado de Defensa en Cáceres, D. Enrique Martín Bernardi, y por los Profesores de la Universidad de Extremadura, D. Sixto Sánchez-Lauro y D. Juan Manuel Rodríguez Barrigón.
Las Jornadas se dividieron en tres bloques: el análisis histórico del espacio mediterráneo desde el posicionamiento español, la seguridad nacional y el papel de las Fuerzas Armadas en la mencionada zona y la situación geopolítica internacional actual. Durante la sesión de tarde del día 12 de febrero tuvo lugar el acto de apertura en la Facultad de Derecho, donde diversas autoridades civiles y militares expusieron la importancia de la Política de Seguridad Común de la Unión Europea y destacaron la ubicación geográfica de España en cuanto a su proyección geopolítica.
La ponencia inaugural, titulada La Estrategia de Seguridad Nacional en el Mediterráneo, fue realizada por D. Francisco José Dacoba Cerviño, General de Brigada y Director del Instituto Español de Estudios Estratégicos. Su estudio de la seguridad en áreas geográficas y temáticas fue completado posteriormente por una mesa redonda que trató el acercamiento histórico a las dos orillas del Mediterráneo occidental. En este espacio, intervinieron tres especialistas en Historia del Derecho e Historia Moderna: D. Sixto Sánchez-Lauro y D. Miguel Rodríguez Cancho, que desempeñan sus labores docentes en la Universidad de Extremadura, y D. Carlos Domínguez Nafría, Catedrático de la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Impartieron tres conferencias siguiendo la cronología histórica europea, explicando el dominio musulmán en el Medioevo, la Monarquía Hispánica en la orilla opuesta en la Edad Moderna y la situación de España y el Norte de África durante los siglos XIX y XX.
El evento continuó el día 13 de febrero en la Subdelegación de Defensa en Cáceres. La sesión de mañana se inició con la ponencia del Coronel de Infantería, D. Juan Salafranca Álvarez, que amplió las explicaciones de la tarde anterior disertando sobre las Fuerzas Armadas españolas en los territorios africanos. Su repaso acerca de la situación de los Ejércitos desde su creación en el siglo XV fue culminado por la charla del Teniente Coronel del Ejército de Tierra D. Javier Betolaza Méndez, que expuso la contribución actual de las Fuerzas Armadas a la seguridad y estabilidad del Mediterráneo y el Norte de África, centrándose en las distintas operaciones de España en el exterior.
En la tarde del mismo día se retomaron las Jornadas con otras dos ponencias. La primera, sobre las consideraciones en torno a la seguridad respecto de las migraciones en el contexto mediterráneo, fue impartida por D. Juan Manuel Rodríguez Barrigón, profesor titular de Derecho Internacional Público de la Universidad de Extremadura. Su argumentación puso de relieve las causas de los movimientos migratorios y sintetizó los aspectos principales de la Estrategia Global de Seguridad de la Unión Europea de 2016. La última sesión la cerró el General de Brigada y Doctor en Derecho, D. Federico Carrero Plaza, que realizó una interesante y detallada presentación sobre los acuerdos euro-mediterráneos y la condición de España como puente entre países y culturas.
Conclusiones generales
Tal y como establece la Estrategia de Seguridad y Defensa del año 2017, España tiene identidad europea, atlántica y mediterránea. En torno a este último aspecto se construye la Historia de los pueblos hispánicos, que en sus aguas despertaron del letargo prehistórico para recibir la influencia de culturas tan importantes en la Antigüedad como la fenicia, la griega, la cartaginesa o la romana. Posteriormente, la invasión musulmana agregó un nuevo capítulo a esta andadura, dando un giro de ciento ochenta grados a las estructuras romano-godas e instaurando con el tiempo el Califato de Córdoba, símbolo del esplendor y del poder andalusí.
Con el advenimiento de los Reyes Católicos regresaría la preocupación hispánica por la otra orilla en un momento en que la aparición del Estado moderno condicionaba el ámbito geopolítico. El Mediterráneo se convirtió entonces en un lugar híbrido de confines inestables donde coexistían la paz y la guerra, donde el encuentro entre el Islam y el Occidente era continuo e inevitable. Semejante polarización condujo a la Monarquía Hispánica a replantear la frontera africana de Castilla, una cuestión eclipsada en ocasiones por las recién adquiridas posesiones americanas. Finalmente, fue la crisis de la política mediterránea suscitada a raíz de la Paz de Utrecht la que llevaría a los Borbones a aplicar una política exterior nacional de relaciones diplomáticas y comerciales con los otomanos en el siglo XVIII.
No obstante, a la etapa moderna siguieron tiempos tristes. España perdió gran parte de sus territorios extrapeninsulares durante los siglos XIX y XX, apartándose también de los grandes conflictos bélicos y de la política colonialista de sus vecinos europeos. Con todo, la inercia histórica de amistad con Marruecos propició la creación de un Protectorado que perpetuó la huella española en la otra orilla.
Así, desde la creación de los ejércitos permanentes en el siglo XV, los diferentes cuerpos militares españoles han completado la conquista de América y tomado los territorios del Norte de África. Sin embargo, han sabido adaptarse a los tiempos y a la nueva etapa que se abrió con la promulgación de la Constitución Española de 1978.
Con esta trayectoria como telón de fondo, el actual mundo globalizado se enfrenta a nuevas amenazas y retos para la seguridad. Los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 acabaron con la ensoñación de paz perpetua que prosiguió a un convulso siglo XX, por lo que se otorgó mayor relevancia a la parte militar del concepto trasversal de seguridad. Como eje de movimientos estratégicos de interés global, el Mediterráneo se ha convertido en un espacio donde confluyen diferentes Estados y actores internacionales. España, por su parte, ve condicionada su seguridad nacional por la situación del Norte de África, que en los últimos tiempos ha sido un foco de conflicto debido a la inmigración irregular, el narcotráfico y el terrorismo yihadista.
Las operaciones de España en el exterior, siete en el año 2012, se han triplicado para cubrir los cuatro puntos cardinales. Nuestro país lidera hoy algunas misiones de Naciones Unidas y participa en otras de la Unión Europea, la OTAN y, por supuesto, del Mediterráneo. En este espacio se desarrollan operaciones permanentes y en el exterior, aunque igualmente se llevan a cabo labores de asesoramiento, formación y adiestramiento.
Otra cuestión de especial interés son los movimientos migratorios, fuertemente ligados a la seguridad y a la demografía. La Estrategia Global de Seguridad de la Unión Europea de 2016 puso de manifiesto la necesidad de repoblar grandes áreas europeas, así como los problemas que existen en un mundo que cambia permanentemente y donde miles de personas se desplazan como consecuencia de los conflictos que tienen lugar en el Mediterráneo, pero también por las catástrofes acontecidas en muchas otras partes. Por tanto, la respuesta frente a la inmigración irregular solo puede ser colectiva, dado que afecta a la estructura de la propia sociedad. Europa pretende abordar esta tesitura mediante normas, aunque lo cierto es que la solución depende en gran medida de la acción particular de los Estados miembros, que han de respetar tales disposiciones para que esta coyuntura no derribe los pilares de nuestra civilización.
Por otra parte, el centro político mundial se está desplazando a los países asiáticos. A pesar de que la competencia entre Estados poderosos es un fenómeno inevitable, impedir el enfrentamiento entre los mismos es posible. No obstante, la globalización ha supuesto para ellos una cierta pérdida de control y una interdependencia política, económica y comercial, lo cual ha provocado que el Mediterráneo sea cada vez menos una frontera y cada vez más un espacio común. De esta forma, el orden socioeconómico mundial se encuentra en riesgo de fragmentación, algo que solamente puede solucionarse a través de la cooperación y de la geopolítica.
Al hilo de esta explicación, conviene recordar cómo ya en la Antigüedad los versos de Homero describían un concepto de Occidente ligado al espacio geográfico del mar Mediterráneo, que no solo es un símbolo de unión cultural e intelectual, sino también una patria. Como Ulises, miles de personas atraviesan cada día sus aguas en busca de la idea de Ítaca que hoy encarnan las democracias occidentales. Ante esta situación tan dramática, es preciso destacar la importancia de celebrar Jornadas como estas, que han permitido al público entender la configuración del espacio mediterráneo y su problemática dejando espacio al análisis crítico y a la reflexión sobre el futuro.